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About Aaleshia

Nací en Oroverde, una comunidad humana situada en Kyonin, o al menos eso creo. No se quienes son mis padres, pero mis primeros recuerdos son de Oroverde, donde vagaba por las calles haciendo lo que fuera necesario para subsistir.
Muy pronto descubrí que robar se me daba bien, y que era la mejor forma que una niña pequeña como yo tenía para conseguir comida. Sin embargo, no siempre salía indemne. Más de una vez me pillaron robando y recibí una buena paliza por ello. Así aprendí también que ser buena robando no era suficiente, que además de eso tenía que saber moverme por las calles, esconderme, e incluso, unirme a otros niños para pelear contra personas más altas y más fuertes que nosotros.
Mi vida cambió cuando llegué a mi décimo verano. Un comerciante elfo de Kyonin tenía un puesto ambulante con suntuosas joyas, y decidí que hacerme con ellas sería un gran botín. Sin embargo, aquel "comerciante" elfo, era algo más de lo que aparentaba. No sólo descubrió que había sido yo quien le había robado, sino también donde me escondía. Cuando me descubrió pensé que me delataría a la guardia, o simplemente me intentaría pegar otra paliza como otros muchos habían hecho antes que él. Pero para mi sorpresa, fue muy gentil conmigo, me permitió quedarme el broche que le había robado, como regalo, además de ofrecerme vivir en su casa. "Las calles no son el lugar adecuado para una niña pequeña como tú", me dijo, "puedes venir a vivir conmigo y con mi mujer, si así lo deseas, y te enseñaré a ganarte la vida de forma honrada".
Al principio, no me lo creí, pensé que sería algún tipo de estratagema, pero la idea de vivir bajo un techo y tener comida asegurada todos los días era muy tentadora, así que acepté. Y así fue como me fui con Alindair, a vivir a su casa, con su hermosa mujer, Anshara. Eran una pareja joven y no tenían hijos, sin embargo fue el mejor hogar que habría podido imaginar. Fueron maravillosos conmigo, y Alindair me enseñó múltiples cosas, de la vida, de la sociedad, me enseñó a hablar elfo, me enseñó a utilizar la espada y a combatir, pero sobretodo me enseñó a ser una buena persona. Ellos me bautizaron con el nombre que ahora llevo con orgullo, Aaleshia.
Cuando alcancé los 17 años, decidí que era momento de marcharme a buscar mi propio destino. Empecé haciendo algunos trabajos como mercenaria, hasta que mis pasos me llevaron hasta Katheer, donde gracias a mis servicios llegué a conocer al príncipe Aaqir al-Hakam, el cual me dijo que si entrara al servicio de la Sociedad Pathfinder podría ayudar a Qadira, ganar dinero y al mismo tiempo, hacer un mundo mejor.
Y por eso, amigos míos, estoy aquí, por eso he decidido tomar las armas al servicio de la Sociedad Pathfinder y hacer todo lo posible para construir un mundo mejor, en el que personas como Alindair y Anshara puedan vivir sin miedo de ser asesinados en el calor de sus hogares por monstruos desalmados.